domingo, 19 de abril de 2020

DESAPRENDER LA GUERRA. ¿Lenguaje bélico o lenguajes del cuidado?

Escuchad la canción (la podéis poner de fondo mientras os estiráis entre tarea y tarea) y pensad sobre el mensaje que nos manda en estos tiempos de lucha contra este virus.
DESAPRENDER LA GUERRA
Desaprender la guerra, realimentar la risa,
deshilachar los miedos, curarse las heridas.

Difuminar fronteras, rehuir de la codicia,
anteponer lo ajeno, negarse a las consignas.

Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.

Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas,
indemnizar al alma, sumarse a la alegría.

Humanizar los credos,  purificar la brisa,
adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida.

Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.

Desaprender la guerra, curarse las heridas.
Desaprender la guerra, negarse a las consignas.
Desaprender la guerra, rodearse de caricias.
Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia.
Desaprender la guerra, sumarse a la alegría.
Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida.

En medio de esta pandemia, nos llegan las noticias con un lenguaje propio de una guerra: uniformes en las ruedas de prensa, las palabras guerra y lucha por todos lados,... pero, ¿es bueno este lenguaje para salir de esto? Veamos:
  • Si esto es una guerra, tiene que haber bandos, enemigos y acusaciones. ¿Podemos culpar a un virus como si tuviera la intención de...? El virus es una forma de vida que intenta triunfar, como todas. ¿Quién tiene entonces la culpa?
  • Sentimos miedo, angustia, claustrofobia,... y quizá nos están animando a aliviar la frustración a través del odio, odio al culpable absoluto de esto. Es un consuelo decirse que esto nos pasa no por un virus que nadie sabe bien cómo manejar, sino por unos políticos de ...    ¿A quién culpar entonces? Al gobierno chino, a mi propio gobierno (nacional o autonómico), a la OMS, a mi vecino que sale a correr,... y ahí descargamos la tensión a través del odio...
  • Si es una guerra, todo vale, y los derechos y libertades valen menos... ¿estaremos content@s cuando seamos menos libres?
  • Si es una guerra, no hay obligación de cuidar de todas las personas, las bajas (los muertos, vamos) son efectos colaterales. Pero ¿quiénes están siendo estas bajas? los mayores, nuestros abuelos y abuelas los que más ¿nos parece aceptable que sean bajas de esta guerra, así, sin más?
 Puede que este lenguaje de la guerra sirva en parte para contar lo que está pasando, pero también vemos que la sanidad, la educación, el trabajo suenan ahora a cuidado más que a guerra. Aplaudimos todas las tardes a médicos, enfermeras, repartidores, cajeras, tenderos, policías,... Caemos en la cuenta de que quizá haya que mejorar las residencias de ancianos, las condiciones de los autónomos,...

Y para el mañana: ¿qué sociedad querremos construir cuando salgamos de esta situación de emergencia, un planeta de cuidados (en el que miremos con cariño al de al lado y a la naturaleza) o un planeta defensivo (en el que nos miramos con miedo e instalamos alarmas en casa)? ¿Decidiremos construir nuestro modelo de civilización sobre el cuidado de los que sufren o seguiremos girando en torno al mercado y el consumo loco, olvidando rápidamente lo que ahora vemos tan claro?

Corren tiempos de prueba, y es tan fácil ceder al odio en medio de esta tristeza. Luchemos por sacar lo mejor de nosotr@s, en lo personal pero también como sociedad.

Desaprender la guerra, curarse las heridas, ¡reinaugurar la vida!

martes, 14 de abril de 2020

¡VIDA!

Para los cristianos es el momento de celebrar la resurrección, un momento de alegría… pero ¿qué significó y qué significa esto en realidad para una persona creyente en ese Jesús? (veréis que incluso vale para las personas que no creen, veréis).
En primer lugar, que cuando todo parece hundirse sin remedio en el absurdo de la muerte, comienza una nueva vida, una nueva creación. Algo les ocurre a los seguidores de Jesús, que de estar escondidos por miedo a seguir su mismo camino, se abren a una experiencia nueva e inesperada de su presencia entre ell@s. La muerte no ha podido con Jesús, ¡está vivo!.
Y, entonces, ¿qué hacer? Hay que volver a la vida (a Galilea dice la Biblia), vivir curando a los que sufren, acogiendo a los excluidos y migrantes, perdonando setenta veces siete, defendiendo a las mujeres que sufren (todavía más que los hombres, desgraciadamente) y a los niños en peligro; hay que hacer comidas abiertas a tod@s y entrar en las casas anunciando la paz; hay que contar historias sobre la bondad (así era el Dios que enseñó Jesús) y denunciar a cualquier religión que vaya contra la felicidad de las personas.
Hay que seguir anunciando que un mundo nuevo es posible, un mundo más amable, más digno y justo. Hay esperanza para tod@s. Eso nos cuenta la resurrección, como para no celebrarlo, como para no desearlo en estos momentos. Pues a ello os invitamos, a hacer un mundo así, a sembrar esperanza en lugar de mal rollo, a encontrar caminos de vida… ¡manos a la obra!
Equinox Reset 
Cuéntanos: 
  • dos cosas que haces que pueden crear mal rollo 
  • y otras dos que se te ocurran para hacer un mundo más amable, más digno, más justo, ya desde ahora mismo, encerrad@s en casa.
Envía tus respuestas al correo de tu profe de religión, Isabel o Nane

miércoles, 1 de abril de 2020

TERCERA SEMANA... ABRAZOS A MANSALVA...y a distancia

"Entonces se puso en camino para casa de su padre: su padre lo vio de lejos y se le ablandó el corazón; salió corriendo, se le echó al cuello y lo cubrió de besos" (Lc 15, 20)

 

Esta semana, nuestro instituto tenía programada la Semana Cultural, y el Día del Centro teníamos preparada la actividad "Cambio piruletas por abrazos".
No queremos perder por este aislamiento la oportunidad de abrazar, así que os proponemos que, desde hoy y en una semana o más, todas las mañanas, al levantaros, cambiéis algo que tengáis (un caramelo, una sonrisa, un buenos días alegre,...) por un abrazo de las personas con las que estéis en casa. Un abrazo de los de verdad, fuerte y sincero en el que demostremos lo mucho que nos importa.
También podéis enviar un abrazo virtual a gente que os importa y que no está con vosotr@s, con una llamada o un mensaje de WhatsApp. Apuntad en un papel los abrazos que les debéis, que cuando esto acabe pagaremos todas nuestras deudas.
Si os apetece, podéis haceros una foto abrazando y mandárnosla a los correos de aquí al lado, que algo haremos con ellas ;)